Se especula con que el blanqueo de capitales 2026 podría ser el gran tema fiscal para el próximo año, buscando formalizar el vasto volumen de dólares no declarados que, se estima, circulan fuera del sistema. Si querés blanquear con la ayuda legal de un contador, hablanos.
Tras el intento fallido de 2025 (impulsado por decreto y resistido por la inseguridad jurídica), el Gobierno insistiría en perfeccionar un nuevo régimen fiscal, esta vez incluyéndolo en el Proyecto de Ley de Presupuesto 2026.
Este cambio de instrumento legal sería fundamental. Al tener fuerza de ley, el nuevo esquema debería ofrecer la tan esperada seguridad jurídica que podría motivar a los contribuyentes a declarar sus activos. El objetivo primario sería lograr la “remonetización” de los “dólares del colchón” para inyectarlos en la economía formal.
A continuación, las claves de un proyecto que podría marcar un antes y un después en la exteriorización de activos:
El marco especulativo: la inclusión en el presupuesto 2026
La gran diferencia que podría tener este nuevo intento de blanqueo de capitales 2026 sería su origen legislativo. El régimen de 2025, creado por decreto, generó cautela entre los tributaristas, quienes podrían haber desaconsejado su adhesión a sus clientes debido a la fragilidad legal.
Al integrar el régimen en el presupuesto, la medida adquiriría la solidez de una ley, lo que podría despejar dudas sobre su perdurabilidad y legitimidad. Se trataría de un cambio clave para los profesionales que deberían asesorar a sus clientes sobre la conveniencia y los riesgos de la adhesión.
Este nuevo escenario favorecería el proceso de declaración de activos.
El mecanismo: ¿cómo funcionaría el Régimen Simplificado?
Si se mantiene la esencia del régimen simplificado de ganancias anunciado previamente, el blanqueo de capitales 2026 podría tener características muy atractivas, siempre orientadas a la declaración de fondos obtenidos legalmente pero no incluidos en el sistema formal.
- Presunción de inocencia fiscal: el régimen se basaría en restituir la presunción de inocencia fiscal, eliminando la “absurda idea de que el Estado considera a todos sus ciudadanos como criminales de manera preventiva”. Esto facilitaría la declaración.
 - Activos y renta: la declaración aplicaría a ingresos por rentas de fuente argentina. Lo más relevante sería que no se requeriría justificación de origen para patrimonios adquiridos con estos fondos.
 - Finalidad: la finalidad sería formalizar el dinero para que los contribuyentes comenzaran a utilizar esos dólares no declarados en sus transacciones habituales, logrando una “remonetización”.
 
Las claves a considerar si el blanqueo se concreta
De aprobarse este esquema en el Presupuesto 2026, los contribuyentes deberían analizar meticulosamente la oportunidad.
- Tasa: el factor decisivo sería la alícuota que podría fijarse para la exteriorización de activos, la cual sería el costo principal de entrada al sistema formal.
 - Exclusiones: habría que determinar si el régimen incluiría o excluiría a funcionarios o personas políticamente expuestas (PPEs), limitando el alcance del blanqueo de capitales 2026.
 - Consecuencias: la adhesión implicaría la exención de impuestos, liberando al contribuyente de pagar tributos no abonados sobre el capital exteriorizado.
 
El posible blanqueo de capitales 2026, impulsado por ley y con mayores garantías de seguridad jurídica, podría convertirse en la ventana de oportunidad que muchos inversores y particulares están esperando. Si bien todo el contenido actual es especulativo, la preparación y el análisis previo son esenciales para capitalizar el momento en que el proyecto se concrete.
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