Tu negocio muestra rentabilidad, pero ¿dónde está el dinero?
Una de las mayores paradojas que enfrentan los dueños de PyMEs y emprendedores es ver que el balance de la empresa muestra ganancias y rentabilidad, mientras que la cuenta bancaria está en rojo o con serios problemas de liquidez. Esta frustración surge de un error de concepto fundamental: rentabilidad no es lo mismo que liquidez.
La rentabilidad mide cuánto gana el negocio a largo plazo, mientras que la liquidez mide cuánto dinero tiene disponible ahora mismo. Es vital dominar la gestión de ambos conceptos para asegurar la supervivencia y el crecimiento de la empresa.
A continuación, donde está el dinero de tu negocio:
La clave: diferenciar rentabilidad y liquidez
La confusión entre estos dos conceptos puede llevar a una empresa a la quiebra, incluso siendo rentable.
La rentabilidad
La rentabilidad se basa en el principio del devengado.
Esto significa que los ingresos y gastos se registran en el momento en que se generan, independientemente de si el dinero ya entró o salió de la caja. La rentabilidad es la fotografía de la salud general del negocio y se calcula restando gastos e impuestos de los ingresos totales a lo largo de un período.
La liquidez
La liquidez o flujo de caja se basa en el principio del percibido.
Mide el movimiento de dinero en efectivo: cuánto dinero real ingresó (cobros) y cuánto dinero real se gastó (pagos). Si tu negocio es rentable, pero el flujo de caja es negativo, no podrás pagar deudas a corto plazo ni los gastos operativos del día a día.
Los 3 principales agujeros negros del flujo de caja
Cuando la rentabilidad es alta, pero la liquidez es baja, el problema suele residir en la gestión de capital de trabajo:
Causa 1: descalce en los plazos de cobro y pago
Este es el factor más común. Se venden productos o servicios con plazos de cobro largos (ej., a 60 o 90 días), pero los gastos operativos y la compra de stock deben pagarse al contado o a plazos muy cortos. El dinero de la ganancia existe, pero está inmovilizado en las “cuentas por cobrar”.
Causa 2: exceso o mala gestión de inventarios
El capital inmovilizado en inventarios o stock excesivo es dinero que no está disponible para cubrir gastos. Si el stock rota lentamente, el negocio tiene rentabilidad teórica (el valor del stock), pero carece de flujo de caja para operar.
Causa 3: Inversiones mal planificadas
Realizar grandes inversiones en activos fijos (maquinaria, equipos) sin planificar su impacto en la tesorería inmediata puede secar el flujo de caja. Aunque la inversión genere rentabilidad futura, el costo inicial crea una crisis de liquidez presente.
La rentabilidad es una señal necesaria para el crecimiento, pero no es la única. Para evitar la paradoja de un negocio “rentable” pero en crisis, el empresario debe profesionalizar la gestión de la liquidez. Utilizar herramientas contables para proyectar ingresos y egresos (presupuesto de Cash Flow) o recurrir a un estudio contable para adquirir asesoramiento, es son las únicas vías para anticipar los descalces financieros.
Si su negocio es rentable, pero necesita mejorar la gestión de liquidez y proyectar su flujo de caja, contactá a los expertos de Lorenzo y Asoc para una consulta especializada.